15/10/08

Investigación del docente: el Tratado de Tordesillas

En el aula hemos estado buscando la forma que pueden tomar los diferentes niveles planteados por el curso-taller. A veces parece claro pero otras no, ¿cómo el contexto social o cultural está implicado en algo tan concreto como el astrolabio o la latitud? Recuerdo que en el grupo de la tarde Ramón dijo que le parecía que estar viendo detalles de cómo calcular la latitud de un barco en altamar le parecía una tarea de una carrera de ciencias y no de humanidades. Y tiene razón. Pero ¿Qué es lo que delimita las ciencias y las humanidades?, ¿Qué tipo de cultura científica queremos tener?
En realidad no tengo una respuesta clara. En parte por eso, y en parte por la necesidad de acompañar las rutas que toman los estudiantes, he emprendido también una investigación. Como recomiendo a los alumnos busqué en la enciclopedia lo que tiene sobre el tratado de Tordesillas. Había estado leyendo el texto de Parry El descubrimiento del mar, y me llamó la atención la importancia que el autor da al reino de Portugal y el rey Juan II en toda la era de los descubrimientos de los siglos XV y XVI. La percepción sobre este llamado “inicio de la modernidad” que tenía de otras lecturas se enfoca a la dominancia de Castillas y los reyes católicos. Portugal no aparecía en mi mapa.
El tratado es un convenio de 1494 entre los reyes católicos, Isabel y Fernando, y el rey de Portugal, Juan II, con el visto bueno del Papa, que marca una frontera imaginaria que otorga la propiedad de los descubrimientos recientes y futuros: al este Portugal, al Oeste Castilla y Aragón. Este es el único extracto del tratado que he encontrado hasta el momento:
Que se haga y asigne por el dicho mar océano una raya o línea derecha de polo a polo, del polo Ártico al polo Antártico, que es de norte a sur, la cual raya o línea e señal se haya de dar e dé derecha, como dicho es, a trescientas setenta leguas de las islas de Cabo Verde para la parte de poniente, por grados o por otra manera, como mejor y más presto se pueda dar, de manera que no será más. Y que todo lo que hasta aquí tenga hallado y descubierto y de aquí adelante se hallase y descubriere por el dicho señor rey de Portugal y por sus navíos, así islas como tierra firme, desde la dicha raya arriba, dada en la forma susodicha, yendo por la dicha parte de levante, dentro de la dicha raya a la parte de levante, o de norte o sur de ella, tanto que no sea atravesando la dicha raya, que esto sea y quede y pertenezca al dicho señor rey de Portugal y a sus subcesores para siempre jamás. Y que todo lo otro, así islas como tierra firme, halladas y por hallar, descubiertas y por descubrir, que son o fueren halladas por los dichos señores rey y reina de Castilla y de Aragón, etc., y por sus navíos, desde la dicha raya, dada en la forma suso dicha, yendo por la dicha parte de poniente, después de pasada la dicha raya, para el poniente o al norte sur de ella, que todo sea y quede y pertenezca a los dichos señores rey y reina de Castilla y de León, etc., y a sus subcesores para siempre jamás

De mi lectura de la wikipedia elaboré una presentación de diapositivas con imágenes de mapas y el texto básico. De las imágenes resulta evidente que la delimitación de una línea de norte a sur (un meridiano) que indique que todo lo que está hacia el este le pertenece al rey de Portugal y todo lo que queda hacia el oeste a los reyes de Castilla y Aragón, resultaba problemático en cuanto a lo que hoy parecen precarios conocimientos teóricos y empíricos sobre las dimensiones del planeta y las formas de representarlo. En ese sentido llama la atención el mapamundi de Juan de la Cosa de 1500, el primero trabajo cartográfico en el que aparece lo que podría ser el continente americano, y también la línea del tratado. Si vemos el mapa sin elementos de análisis resulta extraño, tiene el occidente (oeste) hacia arriba, el Nuevo Mundo es una mancha verde deshabitada cuyos límites coinciden con el límite de lo conocido, sólo las islas del Caribe parecen delineadas a la manera del Viejo Mundo. Este último está habitado por banderas, personajes, barcos y castillos. Cuesta trabajo leer el mapa con el norte a la derecha.

Según Parry (1989, pp. 296-299), es probable que De la Cosa dibujara la parte verde en todo el extremo oeste del mapa sólo por conjeturas y rumores (ver la diapositiva en la presentación). La idea de que ahí está representado un nuevo mundo se debe más a nuestra lectura que a la intención del cartógrafo. El museo naval de Madrid lo da por sentado, dice del mapa: “Su mérito e importancia radica en ser la más antigua obra cartográfica que se conserva en que aparece el continente americano”. Así que la línea del tratado se establece antes de que se concibiera la idea de “Nuevo Mundo”. El mapamundi de De la Cosa, me hace suponer también que el ordenamiento Norte-Sur de los mapas no se constituía aún en una representación convencional. La línea de Tordesillas reparte el mundo por descubrir, una línea invisible, un límite que traza en el papel una marca en donde no se pueden dejar marcas: el mar.
Me imagino el tratado de Tordesillas como la fotografía de los ensayos teatrales que no vemos los espectadores, un momento revuelto y prematuro, una foto que es indicio de que la modernidad no llegó así simplemente a establecerse, porque captura unos gestos torpes e incompletos como el mapa de De la Cosa, gestos que solo por efecto de nuestra idea de historia volvemos ágiles completos y maduros. Ver América en el mapa de De la Cosa es ver racionalidad y ciencia, capitalismo e imperio, occidente… así nuestra mirada sostiene el acaecer irrevocable de la teleología llamada modernidad.
Emiliano Urteaga
A continuación las diapositivas en dos partes.
Puedes darle clic y ampliarlas.

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