19/11/08

Reflexiones sobre nuestro propio proceso

Colegas estudiantes y profesores de la comunidad de indagación en Cultura, Saberes y Técnicas:

Este semestre hemos emprendido un proyecto de innovación didáctica que está basado en el trabajo de proyectos colectivos de indagación. Como hemos ya experimentado, este enfoque para abordar la enseñanza y el aprendizaje implica dificultades y retos tanto para los estudiantes como para los docentes. Quiero empezar la reflexión de ese proceso ahora que estamos dando el último estirón del semestre.

¿Cuáles son las características especiales que este proyecto tiene?

En primer lugar, mencionaré dos aspectos que señala Hernández (2000): los proyectos de indagación buscan establecer conexiones y cuestionar la idea de una versión única de la realidad, donde cada recorrido es singular. En otras palabras, esto quiere decir resignificar los objetivos y las acciones de lo que hacemos en el aula, asumiéndonos como constructores de conocimiento. Esto causa gran incertidumbre porque ya no se trata de enseñar/aprender unos temas previamente seleccionados, sino de ir adecuando qué información necesitamos y cómo la interpretamos de acuerdo al proceso de indagación. Como me comentó Juan Antonio, “ahora las clases ya no son clases, ya no puedo preparar exposiciones de los temas como antes”. Pero también los estudiantes se enfrentan a algo parecido, como expresaron en clase Violeta, Ivonne, Mónica y Blanca: “de pronto ya no sabemos para donde vamos, a dónde va todo esto”.

Nos pasa como a los navegantes con la brújula: el norte magnético que señala la “aguja de marear” no concuerda exactamente con el norte geográfico. Nos damos cuenta del desajuste, de que lo que nos orientaba antes en un mar pequeño y conocido no nos sirve del todo para emprender está aventura. No está demás decir que ese sentimiento se puede vincular a las aulas en las que se generan aprendizajes de calidad, como describe McCombs (2000). Yo estoy seguro de que eso es lo que está ocurriendo, pero también estoy de acuerdo con ustedes en que por momentos esto puede parecer no tener ni pies ni cabeza. Igual que los navegantes del siglo XV, necesitamos instrumentos y conocimientos que se ajusten a nuestra empresa educativa.

Quiero enfatizar otras dos características que menciona Hernández (2000) sobre los proyectos como el de nosotros. Primero, se trata de una forma de aprendizaje en la que se tiene en cuenta que todos los alumnos pueden aprender si encuentran el lugar para ello, porque hay diferentes formas de aprender, diferentes necesidades formativas (somos individuos) y porque no podemos determinar de antemano lo que se aprenderá. Segundo, se trabaja con diferentes tipos de información y no se olvida que el aprendizaje vinculado al hacer, a la actividad manual y a la intuición, también es una forma de aprendizaje. Ambas características están muy relacionadas ya que diferentes aprendizajes requieren diferente información y distintas actividades. Esto nos cuesta igualmente mucho trabajo, estamos acostumbrados a que el aula es un lugar homogenizante, primero porque todos deben aprender lo mismo sin importar sus diferencias y segundo porque se obliga a hacerlo de la misma manera. Como los conquistadores no podemos entender que hay otras perspectivas, otros mundos posibles además del que conocemos.

La primera conclusión que se me ocurre sobre las características de nuestros proyectos de indagación, es que se trata de construcciones singulares de conocimiento que son moldeadas por las necesidades e intereses de formación de los participantes. No está demás decir que incluye a estudiantes y docentes por igual. Espero que Juan Antonio nos pueda platicar su experiencia de descubrimiento de nuevas formas de trabajo con los estudiantes.

Así que mientras producimos conocimiento (interrogantes, interpretaciones y relaciones nuevas) aprendemos a pensar y hacer cosas (con y sin palabras) para nuestra vida como profesionales. Al explorar nuevos rumbos también necesitamos ir probando lo que nos sirve, ir reconociendo lo que no sabemos, y produciendo un saber adecuado, inédito, y propio a nuestras metas.

Hernández, Fernando. (2000) Educación y cultura visual. Barcelona, Octaedro.

McCombs, Barbara. (2000) La clase y la escuela centrada en el aprendiz: estrategias para aumentar la motivación y el rendimiento. Madrid, Paidós.

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